Instituciones sanitarias de ciudades como Quito y Guayaquil muestran filas enormes de personas que buscan la inmunización, algunas de ellas porque van a viajar y requieren el certificado y otras buscan inmunizar a sus hijos.
Hasta el momento, Ecuador registra 380 contagios de tosferina en 2025 y 11 fallecidos, seis de ellos menores de un año.
Si bien la población infantil es considerada la más vulnerable y por eso se prioriza la vacunación hasta los seis años de edad, el ministro de Salud Pública, Edgar Lama, mencionó en una entrevista a un medio local que existían recursos limitados.
Luego, el Ministerio de Salud aseguró que hay suficientes dosis y que está implementando protocolos para reducir las aglomeraciones.
En Ecuador las inyecciones contra la tosferina están incluidas en el esquema de vacunación infantil y se administran como parte de la vacuna pentavalente, sin embargo, los adultos no reciben refuerzos y, aunque suelen pasar la enfermedad sin grandes complicaciones, pueden infectar a los pequeños.
En ese contexto, sigue la búsqueda de mascarillas para los menores, pues el Ministerio de Educación ordenó la obligatoriedad de esos aditamentos de protección en las escuelas de cuatro provincias (Guayas, Manabí, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas).
Existen denuncias de precios elevados y especulación comercial con las mascarillas, lo cual obligó a las autoridades a fiscalizar la venta.
En el caso de la vacuna contra la fiebre amarilla, enfermedad de la que apenas existen cuatro casos registrados en el país, la principal preocupación es para quienes van a viajar a zonas de riesgo, como la Amazonía, o a países que exigen esa inmunización para el ingreso.
A partir del próximo lunes 12 de mayo, Ecuador requerirá la vacuna a viajeros procedentes de Colombia, Perú, Bolivia y Brasil o aquellos que hayan estado en esas naciones en los últimos 10 días.
En medio de la alerta epidemiológica, algunos relatan pasar dos y tres horas en las filas para ser vacunados.
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