Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe en Bolivia
“El resultado más dramático de esa conflagración fueron 27 millones de vidas en nuestro país, y nunca lo olvidaremos”, aseguró en diálogo con esta agencia de noticias.
Recordó que sus cuatro abuelos combatieron en la guerra, “gracias a dios, todos sobrevivieron, y los recordaré este sábado aquí en la marcha del Regimiento Inmortal que partirá de la Plaza Humboldt de La Paz; llevaré la foto de uno de ellos”, anticipó.
Reiteró que el 9 de mayo es fecha sagrada para los pueblos que integraron la Unión Soviética, y por eso los rusos sostienen que si fuera necesario repetir las proezas del Ejército Rojo para impedir el resurgimiento del fascismo, “lo haríamos”.
“El 9 de mayo de 1945, tras cuatro años de lucha intransigente y brava, el Ejército Rojo puso fin a la maquinaria nazi de destrucción masiva y odio al género humano”, reflexionó.
Agregó que el joven Estado soviético no solo liberó sus ciudades y numerosos pueblos, también hizo el aporte clave a la salvación de Europa, y al restablecimiento de la dignidad humana frente al totalitarismo y el genocidio fascista.
“Fue un tremendo sacrificio de millones de nuestros soldados en un campo de batalla -evocó-, y de los civiles que trabajaron incesantemente en la retaguardia para abastecer las necesidades del frente”.
Advirtió que, si ese viraje de la historia mundial no hubiera acontecido, el planeta hubiera tomado un curso bien diferente, y por eso, subrayó, es muy importante el homenaje a los más de 27 millones de ciudadanos soviéticos, quienes “ofrendaron sus vidas en el altar de la victoria y la libertad”.
“Fueron soldados, campesinos, trabajadores, médicos, niños, ancianos y mujeres unidos por un único objetivo: no dejar que el enemigo entrara en su casa, el de salvar a su patria, así como a otros pueblos sometidos por el Tercer Reich”, razonó.
“Recordamos con emoción las trincheras de Stalingrado, la resistencia indomable de Leningrado; la furia de Kursk, el cruce del Dniéper y, finalmente, la bandera roja izada sobre el Reichtag”, enumeró.
Sin embargo, enfatizó en que más allá de las batallas, en esta fecha se rinde homenaje a la voluntad inquebrantable del pueblo unido, que supo defender su hogar, sus valores y cultura y el derecho a vivir en su tierra.
“Pasados 80 años de aquel hito, reafirmamos nuestro compromiso con la memoria histórica, con la verdad y con la paz”, dijo.
Al referirse al papel crucial desempeñado por la Unión Soviética en la derrota del fascismo, el diplomático opinó que, en vez de ser escrita por intereses ajenos a la verdad, la historia debe ser recordada y cuidada con respeto y amor, sin ocultar los verdaderos hechos.
“Pase lo que pase -enfatizó Verchenko-, preservaremos la verdad histórica, lo haremos todos juntos a nivel del Estado, de la comunidad ciudadana; con la fuerza de todas las ramas del poder, y también cada uno desde su hogar”.
Precisó que “no existe otro remedio, puesto que los pueblos que ignoran las páginas siniestras de su historia, están condenados a repasar esta lección una vez más”.
Refirió que en una fecha como esta, el pueblo ruso mira también al futuro, con la esperanza de que perdure la memoria de la heroica lucha de los pueblos soviéticos, sus aliados europeos y norteamericanos.
Aclaró, sin embargo, que entre 1941 y 1945 el Ejército Rojo derrotó a 607 divisiones hitlerianas, mientras que toda la coalición occidental venció a 193, lo cual desmiente las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien recientemente expresó que en la Segunda Guerra Mundial venció Estados Unidos con alguna ayuda de la Unión Soviética.
“Ante esta realidad, reiteramos que nadie ni nada será olvidado, y nadie podrá quitarnos el honor de la victoria, y si fuera necesario la volveríamos a repetir”, concluyó el embajador.
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