Los manifestantes llevan cuatro semanas con acciones como cierres viales como los de la localidad de Changuinola y una huelga indefinida del sector bananero, con serias afectaciones a la economía.
En la jornada la empresa Chiquita, filial de la estadounidense Chiquita Brands International, suspendió la producción en unas tres fincas tras pérdidas de 10 millones de dólares, causadas por el paro.
Los obreros fueron a huelga en rechazo a una reforma de pensiones (Ley 462) aprobada por la Asamblea Nacional (parlamento) en marzo.
Según indicó la compañía en un comunicado, la afectación al plátano y las áreas de cultivo van en aumento; además los compradores ya están remplazando las exportaciones de banano panameño por productos de otros países, lo que genera un gran obstáculo para recuperar este espacio en el mercado internacional.
La comitiva gubernamental la integran los ministros de Comercio e Industrias, Julio Moltó; y la de Trabajo y Desarrollo Laboral, Jackeline Muñoz, así como el director de la CSS, Dino Mon.
Este primer intento de iniciar pláticas con los manifestantes se produce, pese a que el jefe de Estado, José Raúl Mulino, en su conferencia semanal de prensa, indicó el jueves último que se negaría a dialogar sobre el seguro y un acuerdo firmado con Washington.
Desde hace un mes, el istmo enfrenta protestas y huelgas convocadas por sindicatos y organizaciones sociales para exigir la derogación de la reforma al sistema público de pensiones, en repudio a un memorando suscrito con Estados Unidos que permite el despliegue de tropas en el país y contra la reapertura de una mina de cobre en Donoso ( Colón).
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