La empresa dejó entrever que atraviesa uno de sus momentos más inciertos durante la publicación este lunes del informe financiero anual de la firma, correspondiente al ejercicio cerrado el 31 de marzo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a aplicar, desde principios de marzo, un arancel del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio.
Otro duro golpe a la economía nipona constituyó la puesta en práctica de una tarifa adicional del 25 por ciento a las importaciones de automóviles de compañías de Japón, un sector económico clave que acapara cerca del 30 por ciento de las exportaciones de este país a Estados Unidos.
Trump anunció tal medida semanas después de decretar un nuevo impuesto del 25 por ciento a los automóviles fabricados fuera de su territorio nacional, por lo que la tasa para los vehículos importados de Japón se sumó a este gravamen.
Mazda deviene uno de los fabricantes japoneses automovilísticos más afectados por tales imposiciones y la empresa reconoció la complejidad de predecir adecuadamente sus resultados financieros en este momento.
El fabricante automovilístico nipón exporta desde aquí la mitad de los vehículos que vende en Estados Unidos, lo cual podría ocasionarle pérdidas operativas en próximos meses, según algunos analistas.
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