Estos comicios no solo definirán la composición de la Cámara de Representantes y la mitad del Senado, sino que además incidirán en el destino político de la vicepresidenta Sara Duterte, quien enfrenta un proceso de destitución que podría llegar a un juicio político en el propio Congreso.

Las tensiones entre la familia Duterte y la del actual presidente del país, Ferdinand Marcos Jr., han ido en ascenso luego del proceso implementado contra la vicemandataria y la captura en marzo de su padre, el expresidente Rodrigo Duterte, acusado de crímenes contra la humanidad.

El gobierno filipino colaboró para la detención del político y su posterior traslado a La Haya, para ser juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI), lo cual desató un cúmulo de protestas familiares.

Mientras, a la vicepresidenta se le imputan cargos de corrupción y uso indebido de fondos reservados de inteligencia, entre otros.

El proceso abierto en el Senado podría definir la inhabilitación permanente de la funcionaria para ejercer cargos públicos y los 12 senadores electos este lunes integrarán la mitad del jurado en el referido tribunal político.

Las actuales elecciones de mitad de mandato son consideradas un referéndum sobre la gestión del presidente Ferdinand Marcos Jr, quien al decir de algunos analistas intenta eliminar de la contienda presidencial de 2028 a la principal rival.

De acuerdo con medios nacionales de prensa, la tensión entre las dos grandes dinastías políticas: Marcos y Duterte, alcanzó en 2025 su punto máximo, con acusaciones de persecución política y amenazas públicas.

En la ciudad de Davao, bastión de los Duterte en el sur del país, varios miembros de la familia compiten por cargos claves, entre ellos, el expresidente Rodrigo Duterte, pese a estar detenido en la Haya, busca retomar su antiguo cargo de alcalde allí.

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