Lula regresa a Brasil luego de su visita de Estado de dos días a China y después se trasladaría a Montevideo para las honras fúnebres de su entrañable amigo Mujica.

«Me desperté en Beijing (China) con la triste noticia del fallecimiento de Pepe Mujica, dejándonos llenos de tristeza, pero también con muchas lecciones. Su vida fue un ejemplo de que la lucha política y la dulzura pueden ir de la mano. Y que el coraje y la fuerza pueden ir acompañados de la humildad y el desapego», escribió Lula en una nota oficial.

Señaló que, en sus casi 90 años de vida, Mujica luchó fervientemente contra la dictadura que existió en su país. Defendió la democracia como pocos. Y nunca dejó de luchar por la justicia social y el fin de todas las desigualdades, refirió.

«Mujica se ha convertido en uno de los grandes íconos de la izquierda en América Latina a lo largo de este siglo, ganando admiración más allá de su país natal, Uruguay», subrayó.

Para Lula, su grandeza humana trascendió las fronteras de Uruguay y su mandato presidencial. La sabiduría de sus palabras constituyó un verdadero canto de unidad y fraternidad para Latinoamérica, certificó.

Insistió en que, «su forma de comprender y explicar los desafíos del mundo actual seguirá guiando los movimientos sociales y políticos que buscan construir una sociedad más igualitaria».

Un último encuentro entre ambos tuvo lugar en la finca de Mujica, en las afueras de Montevideo, a fines del año pasado.

En esa ocasión, Lula condecoró a Mujica con la Orden de la Cruz del Sur, la máxima condecoración que otorga el Estado brasileño a ciudadanos extranjeros.

Tras el fallecimiento del veterano exgobernante de Uruguay, el presidente interino Geraldo Alckmin declaró tres días de duelo oficial en el gigante sudamericano.

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