La reactivación del proyecto resulta de vital importancia para el país, dado el interés de aumentar la producción energética e incrementar los ingresos al Tesoro Público, indicó una nota oficial.

Dirigentes del Ejecutivo tuvieron este jueves una reunión en Malabo con directivos de la compañía constructora, así como con representantes de las firmas supervisoras Afry y CIEC, que proporcionan información sobre la calidad de la obra, según los estándares requeridos por las autoridades ecuatoguineanas.

En encuentros anteriores se venía discutiendo sobre 25 puntos de “no conformidades”, y en la cita hoy quedaron pendientes solo dos exigencias insatisfechas, relativas a la presencia de los fabricantes para supervisar la instalación y la puesta en marcha del equipamiento.

El vicepresidente de la República, Nguema Obiang Mangue, recomendó a Douglas Alliance la presentación lo antes posible un plan para garantizar que los equipos operarán correctamente cuando la central esté en funcionamiento.

Dicho análisis deberá hacerse en colaboración con las instituciones nacionales del sector y las dos entidades supervisoras para adecuar el documento, recogiendo todos los aspectos técnicos, reseñó la Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.

Según el contrato inicial suscrito en 2011, la central hidroeléctrica de Sendje tendría una potencia instalada de 200 megavatios, con posibilidades de suministrar energía tanto a la parte continental del país como a naciones vecinas.

El acuerdo estipulaba un plazo de ejecución de 36 meses; sin embargo, a más de una década de la firma, el proyecto permanece lejos de su finalización y la empresa constructora ya cobró un porcentaje significativo del costo total.

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