En la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) de este país, el embajador de la mayor isla del Caribe, Nazario Fernández, recordó el simbolismo de esta histórica fecha para su patria, América Latina y la humanidad.
Resaltó la significación de Guatemala para el apóstol de la independencia de Cuba, así como la vigencia de su pensamiento y los valores por los que ofrendó su vida.
Acompañaron al diplomático antillano, la Directora General de Relaciones Internacionales Bilaterales del Minex, Lynsay Hernández, y el Director General de Protocolo, Antonio Castellanos.
Participaron además en el sencillo acto otros funcionarios de la cancillería, miembros de la embajada de Cuba y colaboradores de la Brigada Médica Cubana en esta nación.
Los participantes depositaron una ofrenda floral ante el busto del escritor, pedagogo, periodista y gran intelectual, antillano que se erige en la institución.
Con 24 años Martí arribó al puerto de Livingston, actual departamento de Izabal, a finales de marzo de 1877, y en 15 meses dejó una huella imborrable en el corazón mismo de la tierra del quetzal.
Se identificó aquí plenamente con los movimientos liberales, reconstruyó en sus propios discursos, analizó, interpretó y reflexionó sobre la economía cafetalera, entre otras.
Destacó, no solo por su relación con la bien conocida familia García Granados, y la niña de Guatemala, sino también con sectores como el de la educación, y la prensa.
Su presencia -según historiadores- es renovadora en conocimiento, en actualización, una apertura de este territorio centroamericano hacia el mundo, gracias al pensamiento que trajo.
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