En tales sesiones, que se extenderán hasta el 2 de junio, se escucharán a declarantes indicados por los imputados en el llamado núcleo uno de la denuncia presentada por la Fiscalía General sobre el supuesto plan de golpe de Estado.
La Fiscalía General y la defensa citaron a 82 testigos para ser escuchados en el juicio. Todo se realizará vía videoconferencia.
Más de un tercio (31) de los testigos son miembros de las Fuerzas Armadas. El gran número de oficiales listados generó dudas sobre la decisión de la cúpula castrense de liberar a su personal.
Dos generales declararon al diario Folha de Sao Paulo que el Ejército fue informado por el Supremo sobre la lista de militares llamados como testigos.
En el caso de oficiales y personal alistado indicado por la defensa, la fuerza liberará en el día y hora señalados para el testimonio.
No existe ninguna orientación específica del comando del Ejército respecto a la asistencia de personal militar al proceso de testimonio. Dependerá de cada uno decidir si participa o no en la audiencia ante el STF.
Bolsonaro indicó en total a 15 deponentes y la mayoría serán inquiridos el 30 de mayo, en horario vespertino.
Los testigos serán interrogados cada uno individualmente, de modo que unos no conozcan ni escuchen los testimonios de los otros, debiendo el juez advertirles de las penas que se imponen por falso testimonio. El STF comunicó que está prohibido grabar y reproducir cualquier audio o imagen de las audiencias, con base en el artículo 210 del Código de Procedimiento Penal.
Por este motivo tampoco se permitirá la acreditación ni el ingreso a la sala de fotógrafos y camarógrafos.
La divulgación completa del audio, vídeo y transcripciones se realizará después de finalizar la audiencia del último testigo.
Se esperan desde este lunes declaraciones del gobernador Ibaneis Rocha, del Distrito Federal, del excomandante del Ejército Marco Antônio Freire Gomes y de Carlos de Almeida Baptista Júnior, excomandante de la Fuerza Aérea.
De acuerdo con la querella presentada por la Fiscalía General, el núcleo uno, integrado por ocho personas incluyendo a Bolsonaro, es considerado crucial en el intento de golpe con intención deliberada de romper el orden democrático y mantener al exgobernante (2019-2022) en el poder.
Este grupo creó una organización criminal que, según la inculpación, planeó y coordinó la confabulación golpista para impedir la toma de posesión del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, quien derrotó en las urnas al político ultraderechista en octubre de 2022.
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