Según el ente castrense, los aviones estuvieron volando por más de cuatro horas y realizaban tareas en el contexto de las actividades planificadas de la aviación de largo alcance, a la par que en ocasiones estuvieron acompañados por cazas extranjeros en ciertos tramos de la ruta.
La cartera militar enfatizó que la escolta de los bombarderos estuvo a cargo de las tripulaciones de los Su-33 de la Armada.
El Ministerio de Defensa también aclaró que dichos vuelos sobre aguas neutrales del Ártico, Atlántico Norte, Océano Pacífico, Mar Báltico y Mar Negro son regulares.
Todas las acciones de las tripulaciones se llevan a cabo en pleno cumplimiento de las normas internacionales de utilización del espacio aéreo.
mem/gfa