El estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte sobre los problemas de ese grupo poblacional para acceder a la tierra, al agua, al ganado, los recursos productivos y a la toma de decisiones.
La FAO propone acciones transformadoras para terminar con la desigualdad de género y señala que el empoderamiento femenino genera múltiples beneficios.
De las mujeres vinculadas a la fuerza laboral en los sistemas agroalimentarios, el 71 por ciento trabaja en procesamiento de alimentos, comercialización y ventas, pero su presencia en actividades más lucrativas es baja.
En la región, ellas sufren más hambre que los hombres y también tienen menos probabilidades de trabajar a tiempo completo, por lo que muchas veces están en labores temporales.
Asimismo, la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados continúa limitando sus oportunidades de empleo y formación, advierte la FAO.
Necesitamos políticas públicas que promuevan el empoderamiento económico de las mujeres rurales en toda su diversidad, reconozcan sus múltiples roles en la producción, comercialización y el cuidado, y aseguren su acceso igualitario a recursos, servicios y participación.
Así lo expresó Maya Takagi, líder de Programa Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, en el lanzamiento del informe, según un comunicado del organismo de Naciones Unidas.
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