La decisión histórica sancionó una Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) que pone fin a la reelección para cargos ejecutivos —presidente, gobernadores y alcaldes—, a partir de 2030, y extiende los mandatos políticos de cuatro a cinco años.
Realizada de forma simbólica (sin registro individual de votos), el sufragio representa un paso importante hacia una transformación en el sistema político nacional. El texto deberá ahora ser evaluado por el pleno del Senado.
La PEC también busca unificar las elecciones municipales y generales, permitiendo que los brasileños voten cada cinco años en todos los niveles de gobierno en una sola jornada electiva. Para alcanzar esta unificación, se establecerá un período de transición que culminará en 2034.
Uno de los puntos clave de la propuesta es que prohíbe la reelección de quienes ocuparon cargos ejecutivos, incluyendo a quienes los hayan sustituido en los seis meses anteriores a las elecciones.
También la regla se extiende a cónyuges y parientes hasta segundo grado o adoptivos, aunque limitada al territorio electoral del titular.
La reelección para alcaldes quedaría prohibida a partir de 2028, y para gobernadores y el presidente de la República, desde 2030.
Una versión original del texto planteaba la prohibición a partir de 2034, pero fue modificada para acelerar su aplicación.
Los mandatos legislativos, en cambio, seguirán permitiendo la reelección.
No obstante, el texto propone además reducir el mandato de los senadores, que actualmente es de ocho años. Tras debate, se acordó que a partir de la reforma será de cinco ejercicios, como el resto de los cargos.
El líder del conservador Partido Liberal, Carlos Portinho, defendió la reducción señalando que «10 años es demasiado tiempo sin que el pueblo pueda evaluar a su representante» y agregó que un senador puede cambiar de partido o incluso de ideología durante ese período.
Inicialmente, el relator de la propuesta, Marcelo Castro, propuso un mandato de 10 años para los senadores siguiendo estándares internacionales, pero aceptó modificar su ofrecimiento ante la presión mayoritaria por los cinco años.
La implementación gradual incluye, asimismo, que los alcaldes y concejales elegidos en 2028 asuman mandatos de seis años, y que los senadores electos en 2026 mantengan los actuales ocho calendarios de mandato.
A partir de 2034, todos los cargos tendrán una duración unificada de cinco años.
Esta reforma, si se aprueba en ambas cámaras, cambiaría profundamente el calendario y dinámica electoral brasileña, fortaleciendo la alternancia en el poder y reduciendo costos electorales.
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