Djokovic disfrutó su onomástico devolviéndole a Arnaldi el revés que el italiano le infligiese hace menos de un mes sobre la pista de tierra batida Manolo Santana en Madrid, que en ese momento le hizo dudar de sus posibilidades para el resto de la temporada, incluida su inasistencia al Masters 1000 de Roma.
Nole prefirió hacer un alto en su calendario, mejorar su estado físico y, en particular, refrescar sus neuronas, para conseguir la adecuada concentración para los torneos hasta final de año.
Llegó el turno de la lid de Ginebra y sobre su polvo de ladrillo suma triunfos consecutivos sin ceder un set ante el húngaro Márton Fucsovics y ahora Arnaldi, a quien le acaba de triturar con un doble 6-4.
El serbio mostró eficacia casi total con su servicio y no permitió ni una sola oportunidad de quiebre a su rival, el cual sufrió los cambios de golpeo del balcánico y sus constantes subidas a la red.
Djokovic, quien disfrutó con mucha rabia su avance a semifinales, disputará el pase a la discusión del título del torneo con el ganador del partido entre el australiano Alexander Popyrin, quinto preclasificado, y el británico Cameron Norrie.
La otra semifinal la disputarán el austriaco Sebastian Ofner, vencedor por 2-1 (4-6, 6-4, 6-4) del ruso Karén Khachanov, y el polaco Hubert Hurkacz, sexto preclasificado, quien dispuso del principal favorito inicial, el estadounidense Taylor Fritz, en sets corridos: 6-3 y 7-6 (7-5).
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