La mayor plaza deportiva en suelo galo, el Stade de France con sus 80 mil butacas, será otra vez sede del partido final, después de que el año pasado el duelo decisivo se jugase en Lille por estar la majestuosa instalación destinada a los Juegos Olímpicos de París.
El favorito es claramente el PSG, un equipo que busca su decimosexto título en el añejo certamen y completar una temporada histórica, tras dominar con holgura la Ligue1 y avanzar a la final de la Champions, el próximo sábado en Múnich contra el Inter de Milán.
Por su parte, Reims, sorpresivo finalista, tendrá que batallar en un repechaje frente a Metz para mantenerse en la Ligue1, e intentará esta noche levantar la Copa de Francia por tercera ocasión, lo cual no logra desde hace 67 años.
Los parisinos dirigidos por Luis Enrique cuentan con una plantilla de lujo, que incluye a futbolistas ofensivos en gran forma, como Ousmane Dembélé, Khvicha Kvaratskhelia y Désiré Doué.
Reims posee un elenco mucho más discreto, pero motivado por dar la sorpresa.
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