Esta declaración refleja la preocupación por el escenario devastador que enfrentan los civiles, tras meses de ofensiva de Tel Aviv, con un saldo de miles de muertos y un bloqueo que impide la entrada suficiente de ayuda humanitaria.
El conflicto se intensificó con la operación militar israelí «Carros de Gedeón», cuyo objetivo declarado es desmantelar a Hamás, pero ha provocado una grave crisis humanitaria, con hospitales, escuelas y viviendas bombardeadas y una población al borde de la hambruna.
La comunidad internacional, entre ellos países como Reino Unido, Francia y Canadá, expresaron su frustración y pidieron un alto el fuego, luego de señalar que el nivel de sufrimiento es intolerable y la escalada actual es desproporcionada.
La crítica global aumenta ante la evidencia de la grave situación humanitaria, con advertencias de la ONU sobre la posible muerte de miles de bebés y la insuficiencia de la ayuda humanitaria que se permite ingresar.
Por tanto, la advertencia de líderes como Olaf Scholz a Israel subraya que el sufrimiento en Gaza superó superado ya cualquier justificación basada en la lucha antiterrorista, y llama a una reconsideración urgente de la estrategia para evitar una catástrofe humanitaria mayor.
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