En declaraciones a la prensa los representantes de la entidad del gigante euroasiático remarcaron que las fuerzas ucranianas son incapaces de repeler los ataques de los Iskander, puesto que el misil balístico sigue una trayectoria compleja e impredecible a una velocidad colosal.

Asimismo, añadieron que las denominadas fuerzas G (sobrecarga) durante las maniobras del armamento superan con creces los límites que puede soportar la gran mayoría de los misiles antiaéreos en poder de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Previamente, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó la destrucción con misiles Iskander de dos lanzadores Patriot emplazados en la región ucraniana de Dnepropetrovsk.

«A pesar de que los lanzadores se hallaban a una distancia considerable uno del otro, la potencia de la ojiva fue suficiente para neutralizar ambos. Además, fueron destruidos el ‘cerebro’ y el ‘corazón’ del sistema antiaéreo: el vehículo de la estación de control y el radar multifuncional», aclaró Rostec.

Al respecto, la corporación aseguró que las Fuerzas Armadas de Ucrania no tienen medios para derribar los Iskander. De hecho, el enemigo puede únicamente observar el vuelo de estos misiles, consciente de que sus objetivos acabarán destruidos inevitablemente.

En ese sentido, comentaron que la ojiva de este tipo de misil tiene potencia suficiente para inutilizar blancos a una distancia considerable del punto de impacto. Si un sistema de defensa antiaérea es alcanzado por la onda expansiva y los fragmentos de este proyectil, se vuelve inoperativo.

Otra característica de los Iskander, según los creadores, es su alta precisión, muy superior a la de los proyectiles balísticos extranjeros. Muchas veces impactan en el blanco con desviación cero respecto al punto de mira.

El pasado año la revista estadounidense Military Watch Magazine aseguró en un artículo que los misiles rusos Iskander eran capaces de realizar rápidas maniobras, lo que dificultaba que fueran detectados.

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