En lo se vaticina como un reñido balotaje se enfrentarán el alcalde de esta capital, Rafal Trzaskowski, de la gobernante Coalición Cívica (KO) y Karol Nawrocki, respaldado por el principal partido de la oposición, Ley y Justicia (PiS).

Esta pugna entre un centrista proeuropeo y un nacionalista simpatizante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá consecuencias para los lazos con la Unión Europea (UE) y las relaciones con Ucrania, según analistas.

Los sondeos de opinión muestran que Trzaskowski, de 53 años, tiene una estrecha ventaja sobre Nawrocki, un historiador que recibió el apoyo del Gobierno de Trump.

El primero es hijo de un músico de jazz y educado en Oxford, defiende un programa liberal que subraya la importancia de los derechos de la mujer y unos fuertes lazos con la UE y la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Su rival, de 42 años, se posiciona como un recién llegado sin bagaje político, quiere que su país siga un camino inspirado por Trump y considera que Washington es el aliado clave de Varsovia, no Bruselas.

Tal postura contrasta con la línea hasta ahora mantenida por ese país, cuyo territorio alberga hoy la mayor cantidad de tropas de la OTAN, dispuestas a extender el cerco contra Rusia.

Trzaskowski prometió una “cooperación pacífica” con el Gobierno del actual primer ministro Donald Tusk y deshacer los cambios introducidos en el poder judicial polaco por el Partido Ley y Lusticia (PiS), fuertemente criticado por la UE por “erosionar los equilibrios democráticos”.

Esas políticas condujeron que en las elecciones de octubre de 2023, el PiS perdiera la mayoría parlamentaria frente a la coalición de Tusk, tras ocho años en el poder, debido al descontento generalizado de la opinión pública en materia de derechos de las mujeres y las minorías.

Pero el presidente saliente de Polonia, Andrzej Duda, aliado del PiS, usó su poder de veto para bloquear muchas de las reformas de Tusk, y Nawrocki promete hacer lo mismo.

En ese contexto Trzaskowski significa más poder para el actual ejecutivo de Tusk, en cambio Karol Nawrocki representa mantener la división entre el Ejecutivo y el Legislativo, extender también el diferendo con la UE y continuar con las políticas contrarias a la independencia judicial, la libertad de expresión y el aborto.

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