De acuerdo con la institución, el incremento se debe a que el número de personas que arribaron a la edad laboral fue mayor a la cantidad de empleos formales creados en el país.
Por sexo, como es habitual las mujeres sufren los mayores efectos de la falta de trabajo y en este sector la tasa de desocupación alcanzó el 9,7 por ciento.
Mientras, entre los hombres este indicador fue de 8,2 puntos porcentuales, precisó el INE.
En cuanto al tramo etario, la mayor participación laboral ocurrió en los tramos correspondientes a 45-54 y 55-64 años.
Los sectores económicos que más contribuyeron al empleo entre febrero y abril fueron alojamiento y servicio de comidas, enseñanza y actividades financieras y de seguros.
Un dato positivo es que la informalidad laboral se ubicó en 25,8 por ciento, un descenso de 2,4 puntos porcentuales en un año, con incidencia tanto entre los hombres como las mujeres.
El Instituto Nacional de Estadísticas señaló que en este descenso tuvieron mayor participación el comercio y la industria manufacturera.
En la Región Metropolitana de Santiago, donde está la capital y se concentra la mayor proporción de mano de obra, el desempleo fue superior al resto del país, con 9,5 por ciento.
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