Una parte de la sociedad le resulta incomodo el despliegue de actores foráneos en su país, tal como pasó en otros momentos de la historia, y otro bando aplaude la idea de acabar por cualquier vía con los grupos criminales.
Ante el auge descontrolado de las bandas armadas, el gobierno haitiano firmó un contrato con Erik Prince, fundador de la empresa militar privada Blackwater.
Prince comenzó a operar drones armados en la nación caribeña desde marzo de 2025 y planea enviar hasta 150 mercenarios, así como un arsenal de armas, para apoyar a las fuerzas locales, comentó el diario Le Nouvelliste.
La medida refleja -en opinión del rotativo- la creciente desesperación del gobierno haitiano, que se enfrenta a un colapso total de la seguridad.
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