La víspera, el canciller Miguel Lubetkin anunció la nominación de 12 nuevos embajadores, entre ellos la exvicepresidenta Beatriz Armigón (Partido Nacional-PN), quien asumirá la representación de Uruguay ante la Unesco.
También de la exvicecanciller Carolina Ache, excandidata presidencial del Partido Colorado, quien en 2023 fue obligada a renunciar tras denunciar manejos irregulares de altos cargos respecto a la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
Aquel escándalo provocó la renuncia de los entonces ministros de Relaciones Exteriores, y del Interior.
Varios dirigentes opositores no escondieron su sorpresa y rechazo.
“Los favores se pagan” pero “los que hacen favores y reciben pagos pierden la dignidad”. “Lo que pasa es que no tienen dignidad. Y aplíquenlo ustedes a quien quieran”, expresó la senadora del PN Graciala Bianchi.
Manifestó que Ache le trajo “un montón de problemas al gobierno” del presidente Luis Lacalle Pou.
El también senador del PN, Sebastián Da Silva, consideró que no votará la venia para que la exvicecanciller asuma el cargo.
Sobre Argimón dijo que le tomó por sorpresa. “París bien vale una misa” comentó en referencia a la sede de la Unesco.
El senador colorado Pedro Bordaberry, que lidera una corriente interna en esa agrupación, adelantó que tampoco votará la ratificación de ambas nominaciones bajo el alegato de que fueron decisiones políticas y no sobre funcionarios de carrera.
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