La exposición se realizó en la Plaza Túpac Amaru, rebelde inca anticolonialista, a cargo del Centro Internacional de la Papa (CIP), que desarrolla constantemente nuevas variedades y atesora un banco de semillas al servicio de la humanidad.
Como homenaje al Día Mundial de la Papa, presentó dos nuevas variedades del tubérculo nombradas Kallpa Yawri (Fuerza de hierro) y Puka Yarwi (Rojo de Hierro) que contienen 50 por ciento más de hierro que otras, las cuales servirán para mejorar la nutrición de sectores vulnerables (pobres).
El CIP sigue así la ruta marcada por los antiguos peruanos que domesticaron una raíz venenosa y la convirtieron en el gran alimento que se extendió por todo el orbe.
Perú incrementó en los últimos años sus exportaciones de papa de 500 toneladas a 10 mil toneladas, en parte creciente de la procesada como snacks (bocaditos, delgadas tajadas coloridas y de agradable y diverso sabor), congeladas y otras formas que dan mayor valor al producto.
La gran variedad de papa que produce Perú se mantiene debido a que son producidas desde los ancestros por pequeños productores y por la agricultura familiar que, por cierto, mantuvieron abastecidas a las ciudades durante la pandemia de Covid-19.
En la fecha, destacaron investigaciones realizadas en la Zona Arqueológica de Caral, en la norteña región de Áncash, que estudia los vestigios de esa antigua cultura precolombina.
Tales investigaciones han encontrado evidencias contundentes de que aquella cultura ancestral que tuvo vigencia entre los años 3000 y 1800 antes de nuestra aérea, la papa fue parte de la dieta de la población y de las prácticas sociales de la civilización Caral, considerada la más antigua de América.
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