La televisora citó una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores japonés en la anuncia el fin de la congelación de activos de los bancos Industrial, de Crédito Popular, de Ahorro y el Banco Cooperativo Agrícola.

El primer ministro japonés, Yoshimasa Hayashi, atribuyó la decisión de su país para apoyar los «esfuerzos positivos realizados por Siria y ayudar a mejorar las condiciones de vida del pueblo sirio».

El día 18 de este mes de mayo, Tokio anunció que estaba considerando levantar las sanciones tras la deciesión del presidente estadounidense Donald Trump de levantar las sanciones de Washington impuestas a Siria por 180 días.

Las medidas punitivas japonesas comenzaron en septiembre de 2011, cuando Tokio anunció la congelación de activos del derrocado presidente sirio Bashar al-Assad, junto a otras 14 figuras cercanas al mandatario y varias instituciones financieras asociadas con el jefe de Estado.

En 2012, Japón amplió sus sanciones para que abarquen a otro diez altos funcionarios del depuesto gobierno y prohibir el aterrizaje en Japón de aviones fletados por Syrian Airlines.

Además de las restricciones impuestas a personas, las sanciones japonesas también incluyeron la prohibición de transferencias financieras y transacciones comerciales con instituciones sirias específicas, en particular grandes empresas como Syriatel y Cham Holding, así como la Caja de Ahorros, el Centro de Estudios e Investigación Científica y otras instituciones gubernamentales.

En noviembre de 2012, la lista japonesa incluía a 59 personas, entre ellos 12 ministros.

A nivel de entidades, la lista incluyó a 35, entre las que destacaban la Compañía Petrolera Siria, el Banco Central de Siria, el Banco Islámico Internacional de Siria y varias empresas estatales que operan en sectores estratégicos.

arc /fm