La Albiceleste juega esta noche en el Estadio Nacional de Santiago frente la “Roja” de Chile sin mucha preocupación, ya está clasificada, en cambio los chilenos tiene que vencer si o sí porque en el resultado de este choque le puede ir la presencia o ausencia en el Mundial de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
El nombramiento de “Cuti” más allá de suplir a la “Pulga”, quien entrará un rato en el segundo tiempo, y de la suspensión del “General” por acumulación de tarjetas amarillas, se nota como un reflejo de la renovación paulatina que encara la “Scaloneta” de cara al futuro.
Scaloni ubicará al zaguero cordobés haciendo dupla central con Leonardo Balerdi, otro de los jóvenes que busca afianzarse en esta fase de renovación.
La elección del central del club inglés Tottenham no es casual. En las últimas temporadas, Romero no solo se consolidó como uno de los pilares defensivos del equipo que comanda Scaloni, sino que también demostró carácter, voz de mando y un fuerte sentido de pertenencia con la camiseta albiceleste, señalan los entendidos.
Esta situación lo posicionó como el tercer capitán natural del grupo, y ahora tendrá su primera gran prueba de liderazgo desde el arranque.
Más allá de lo circunstancial, el cuerpo técnico tomó esta decisión con una mirada proyectada hacia el futuro. A sabiendas de que el ciclo de los históricos referentes empieza a acercarse a su fin, la idea es ir fortaleciendo otras figuras jóvenes dentro del plantel que puedan asumir ese rol.
Por temperamento, compromiso y rendimiento, “Cuti” Romero fue el elegido. Romero, que debutó en la Selección mayor en 2021, ya levantó la Copa América, la Finalissima y el Mundial de Qatar como parte del once titular, y ahora buscará consolidar una nueva faceta como líder dentro y fuera del campo.
Su ascenso meteórico en el fútbol europeo y su fuerte presencia en cada partido de la Albiceleste lo convierten en una figura cada vez más influyente dentro del vestuario argentino, coinciden especialistas del fútbol argentino.
La cinta de capitán, como en toda selección, es también una señal de confianza y de continuidad en un equipo que ya piensa más allá del próximo Mundial.
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