Huerta -detenido el pasado viernes-, fue acusado de obstruir la labor de un agente federal, lo que podría resultar en una condena de hasta seis años en una cárcel federal de ser declarado culpable.

Tras su liberación bajo fianza la víspera, Huerta pidió justicia para todos los inmigrantes en prisión. “Solo quiero decir que mientras nosotros estamos aquí y afuera continúan las protestas, ellos están en confinamiento en este momento (…) No pueden salir de sus celdas, ni siquiera para comer. No pueden salir”, dijo a Democracy Now.

Las manifestaciones en apoyo al líder sindical tuvieron lugar, además de Los Ángeles, en Boston, Pit tsburgh, Charlotte, Carolina del Norte, Connecticut, Washington y Nueva York.

Los Ángeles vive el quinto día de protestas contra las redadas migratorias. La alcaldesa Karen Bass advirtió en una entrevista concedida al diario La Opinión que la ciudad está bajo asedio desde que comenzaron el 6 de junio los operativos.

A juicio suyo, los disturbios derivados de las redadas no ameritaban la presencia de la Guardia Nacional en Los Ángeles y mucho menos que emplazaran a los Marines.

“Traté mucho con la administración (de Donald) Trump de hacerlos ver que no era necesario que trajeran a las tropas federales, porque eso sería una provocación. La ciudad de Los Ángeles estaba en calma hasta que empezaron las redadas y David Huerta fue arrestado y lesionado”, subrayó.

Trump autorizó el fin de semana dos mil miembros de la Guardia Nacional y ayer dobló la apuesta con una cifra similar adicional; además, activó a 700 marines.

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