De esa cifra unos mil 400 fueron menores de edad y 545 mujeres, señalaron en un comunicado conjunto la Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros, el Club de Prisioneros y la Fundación Addameer.

Destacaron que solo en mayo, las fuerzas de seguridad israelíes, incluidos el Ejército y la Policía, realizaron 488 detenciones.

La estrategia se desarrolla en paralelo a la guerra de genocidio en curso contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza y a la escalada de la agresión generalizada en la Ribera Occidental, subrayaron.

También denunciaron que “las intensas campañas de arrestos estuvieron acompañadas de ejecuciones en el terreno y la destrucción de centenares de viviendas, especialmente en las gobernaciones de Jenin y Tulkarem”.

Además, alertaron sobre una escalada de crímenes y violaciones, que incluyen abusos, palizas, amenazas contra los detenidos y sus familias, además de actos generalizados de vandalismo y destrucción en los hogares.

También condenaron el incremento de las torturas y vejaciones a las que son sometidos los palestinos en los centros penitenciarios.

Se registraron varios casos en diversas zonas de Cisjordania de presos liberados cuyos automóviles fueron confiscados por las fuerzas israelíes, alertaron.

Si bien esa política no es nueva, ahora ese país intenta extenderla sistemáticamente contra los presos liberados y sus familias, aseguraron.

Las tres organizaciones también criticaron las malas condiciones de salud e higiene en las cárceles israelíes, lo cual provocó la propagación de diversas enfermedades como la sarna.

La tortura, el hambre y los crímenes médicos, junto con las enfermedades y epidemias propagadas deliberadamente, así como las agresiones sexuales y violaciones, llevaron a la muerte de docenas de prisioneros, afirmó el texto.

Durante recientes visitas de abogados a esas prisiones pudimos recoger los testimonios de los detenidos, que reflejaron la persistencia de los crímenes contra ellos, destacó la declaración.

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