La población vecina de uno de los mayores cráteres activos del mundo alerta que sus pobladores carecen de rutas de emergencia, albergues, zonas seguras o un plan de cómo actuar en caso de una explosión importante del coloso, añadió el diario.

Los vecinos de Bajos del Toro, territorio que comprende Dino Land Costa Rica, el mayor parque de dinosaurios del país, alegan que son afectados de forma constante por la caída de ceniza y los intensos olores a azufre, mientras los lahares (flujos de lodo o escombros volcánicos) bajan por las quebradas y contaminan los ríos.

El Comité Distrital de Emergencias confirmó que, pese a esas expulsiones lesivas a la población, esta carece de un plan en caso de una explosión freática.

«Nuestro peor temor es que nos vaya a tomar de noche, desprevenidos. En todo caso, el volcán va a avisar por medio de temblores, terremotos o mediante movimientos como hasta hoy lo hace», declaró el coordinador de esa instancia preventiva, José Otoya.

Los vecinos, por su parte, argumentan que, aunque pasaron los cursos para realizar el plan de emergencia, les imposibilita seguir adelante “la falta de recursos y tener pendiente una guía”.

Las expulsiones de gases y fragmentos incandescentes del volcán Poás, con actividad continua desde el 23 de marzo mediante numerosas erupciones, causaron daños durante las más recientes semanas a las poblaciones asentadas cerca del Parque Nacional que lleva el mismo nombre.

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