Medios como Radio Okapi y Actualité. CD destacaron la presentación realizada la víspera en Ginebra, Suiza, donde ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU describió la situación en el este congoleño como grave y alarmante.
Türk señaló que mientras continúan los enfrentamientos y la población se ve obligada a abandonar sus hogares, todas las partes en conflicto en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur han cometido violaciones y abusos de derechos humanos, así como violaciones del derecho internacional humanitario.
Al respecto mencionó que las conclusiones preliminares de la misión de investigación del organismo reflejan que soldados congoleños y miembros de la milicia Wazalendo, respaldada por el Gobierno de RDC cometieron asesinatos, violaciones y saqueos.
También los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) detuvieron arbitrariamente a policías y a numerosos civiles, incluidos niños, tras tomar el control de ciudades y pueblos.
Los combatientes del M23 igualmente capturaron a soldados de las Fuerzas Armadas de RDC y obligaron a algunos de ellos a unirse a sus filas; en tanto existen declaraciones que evidencian el “impactante uso de la violencia sexual” por parte de todas las partes en conflicto.
“La escala y la diversidad de las violaciones y abusos documentados por la misión de investigación son atroces”, sostuvo el comisionado e instó a los involucrados a comprometerse de inmediato a un alto el fuego y a reanudar las negociaciones, además de respetar el derecho internacional humanitario.
En particular, reiteró el llamado a Ruanda para que retire sus tropas del territorio de la RDC y ponga fin a su apoyo al M23.
Pidió a la comunidad internacional incidir para finalizar el conflicto y abordar la grave crisis humanitaria y de derechos humanos en esta región.
Comentó que otro rostro de la violencia ejercida en esta etapa son las amenazas de muerte, detenciones y otras represalias contra defensores de los derechos humanos, periodistas y miembros de la sociedad civil percibidos como críticos del M23, incluido el presunto asesinato de al menos dos activistas.
Asimismo, las autoridades de la RDC suspendieron las acreditaciones de prensa y amenazaron con emprender acciones legales contra periodistas y otras personas cuya información se considera favorable al M23 y a las fuerzas ruandesas.
El personal sanitario y humanitario también se enfrenta a amenazas, intimidación y violencia, como los ataques del M23 el 28 de febrero contra los hospitales Ndosho y Heal Africa en Goma, durante los cuales secuestraron a 121 pacientes, acusándolos de ser soldados congoleños o Wazalendo y varios continúan desaparecidos.
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