“No podemos ser aliados, pedir que gastemos más (…) y al mismo tiempo hacer la guerra comercial, es una aberración”, manifestó a la prensa en la jornada final de la cumbre de la Alianza Atlántica, bloque de 32 países integrantes que Estados Unidos encabeza.
Desde su regreso a la Casa Blanca, en enero pasado, el presidente Donald Trump impuso una subida de aranceles como instrumento de presión para atenuar el déficit comercial estadounidense, campaña de la que no escaparon los miembros europeos de la OTAN y Canadá.
Macron llamó a que impere “una verdadera paz del comercio” y a que la Unión Europea y Estados Unidos culminen un acuerdo.
La cumbre de la Alianza Atlántica concluyó aquí con el compromiso de sus integrantes de destinar el cinco por ciento del Producto Interno Bruto a temas de defensa y seguridad, aporte fijado por Trump.
La guerra comercial no fue la única alusión de Macron a Estados Unidos y sus políticas, ya que el mandatario instó a los europeos a apostar por su independencia en la esfera militar y a no tener que importar sus armas de Washington.
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