Con una elegancia y un virtuosismo que sorprenden a sus escasos 22 años, la pianista merecedora ya de varios premios ejecutó piezas de altura como La Conga de medianoche y Berceuse campesina, de los ilustres compositores de la isla Ernesto Lecuona y Alejandro García Caturla, respectivamente, dos figuras vanguardistas de la primera mitad del siglo XX.

Abarrotado y con personas de pie o sentadas en las escaleras, el teatro del Centro de las Artes (CDA) de la pintoresca localidad francesa también fue testigo de interpretaciones del Danzón Contigo pan y cebolla, de Aldo López-Gavilán, y Son del guateque, de Ernesto Oliva, pieza innovadora a partir del Changüí, género precursor del Son cubano.

El programa incluyó Tema con variaciones. Sobre un tema de Silvio Rodríguez, de Andrés Alén, y cerró con Frédéric Chopin.

Malva, hija del célebre cantautor Silvio Rodríguez y de la flautista Niurka González, recibió prolongados aplausos tras cada actuación, y la palabra “magnifique” siguió escuchándose hasta bastante después del fin de la velada.

Antes de la presentación de la pianista, el director del CDA, Dominique Roland, disertó con su conferencia ilustrada sobre el Son cubano, un popular género músico-danzario candidato a integrar el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Con su habitual pasión a la hora de compartir elementos de sus 35 años de estudios sobre la música de la isla, el experto abordó los orígenes del género y rindió homenaje a varios de sus cultores insignes, desde el trío Matamoros, Benny Moré e Ignacio Piñeiro y su Septeto Nacional hasta Pancho Amat y Juan Formell y los Van Van.

Para cautivar aún más al público, Roland contó con la complicidad de los talentosos estudiantes de la Escuela Nacional de Música de Cuba y de la pareja de bailarines profesionales Yalily Rodríguez e Iván Martínez.

Mañana el Festival del Caribe de Enghien-les-Bains dedicará espacios a Brasil y el sábado cerrará en grande, con un concierto en la mágica escena flotante del lago de la localidad del grupo Havana D’Primera, liderado por el virtuoso trompetista y cantante Alexander Abreu, galardonado con varios premios, entre ellos el Grammy Latino.

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