En su cuenta en la red social X, la oficina del jefe del Estado congoleño destacó la reunión de los cancilleres de ambos países con el presidente estadounidense, Donald Trump, la víspera en Washington tras la firma de un acuerdo de paz entre Kinshasa y Kigali.
El perfil remarcó las palabras de Trump, quien consideró el tratado como “un nuevo capítulo de esperanza y oportunidad, armonía, prosperidad y paz”, contexto en el cual señaló la posible reunión entre Tshisekedi y Kagame para “definir los próximos pasos hacia una paz duradera y el desarrollo de una alianza económica”.
La Presidencia congoleña ha recibido con entusiasmo la participación estadounidense en las negociaciones, algo que despierta recelos en algunos sectores políticos del país africano.
Es conocido que la RDC se dirigió a Estados Unidos para pedir ayuda para lograr la paz en su territorio y que entre los elementos sobre la mesa estuvo un acuerdo de cooperación en el sector minero.
Posteriormente el asesor especial de Donald Trump para África, Massad Boulos, visitó Kinshasa y aseguró que se darían los pasos para finalizar un acuerdo de colaboración, en el cual el mayor interés para la parte norteamericana son los minerales estratégicos del suelo congoleño.
En su discurso del 24 de junio en Luanda, durante la XVII Cumbre de Negocios Estados Unidos-África, eBoulos, indicó que la RDC, Ruanda y la región se beneficiarían de una mayor integración regional y del crecimiento en sectores como la minería y la infraestructura.
Añadió que con una paz duradera su país apoyaría la expansión de la inversión, y las empresas estadounidenses se comprometerían con prácticas comerciales responsables y cadenas de suministro de minería e infraestructura fiables y transparentes.
Sin embargo, figuras congoleñas como el Premio Nobel Daniel Mukwege sospechan de los beneficios del acuerdo de paz firmado en Washington. El médico de profesión señaló la pasada semana que equivale a otorgar un incentivo a la agresión, legitimar el saqueo de los recursos naturales congoleños y obligar a la víctima a alienar su patrimonio nacional sacrificando la justicia para garantizar una paz precaria y frágil.
Mukwege agregó “considerar la integración económica y la cogestión de los recursos naturales con un Estado agresor, causante del saqueo sistemático de los recursos minerales y millones de muertes, sin mencionar la justicia y las reparaciones, es inconcebible para la población congoleña”, enfatizó.
El instrumento firmado entre RDC y Ruanda incluye disposiciones sobre el respeto a la integridad territorial y la prohibición de hostilidades; la retirada, el desarme y la integración condicional de grupos armados no estatales.
También aborda la implementación de un Mecanismo Conjunto de Coordinación de Seguridad, que incorpora el Concepto de Operaciones (Conop) del Proceso de Luanda; la facilitación del retorno de refugiados y desplazados internos, así como el acceso humanitario; y un marco de integración económica regional.
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