Gergely Gulyás, ministro-jefe de Gabinete del primer ministro, Viktor Orbán, explicó que mientras la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), tras las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, eliminó de su agenda la membresía ucraniana, la UE mantiene presiones irresponsables para admitir a Kiev.
El futuro de Ucrania no está en la Alianza Atlántica, pero algunos insisten en incorporarla a Europa sin cumplir los criterios, afirmó en rueda de prensa.
Gulyás recordó que el 95 por ciento de los participantes en un referéndum húngaro rechazaron el ingreso ucranio, y subrayó que cualquier decisión requiere consenso unánime.
No aceptaremos negociaciones aceleradas mientras existan violaciones a los derechos de la minoría húngara en Transcarpatia, advirtió, en alusión a las tensiones históricas con Kiev.
De acuerdo con analistas locales, la postura húngara refleja la alineación con el escepticismo de Trump sobre la OTAN, su resistencia a la influencia euroatlántica en Europa Central y su defensa de la soberanía nacional frente a dictados de Bruselas.
Orbán, único líder de la UE que mantiene relaciones con el Kremlin, bloqueó ya seis paquetes de ayuda militar a Ucrania.
Su veto podría extenderse a las negociaciones de adhesión, aunque fuentes comunitarias sugieren que Bruselas buscaría compensaciones económicas para superar la resistencia.
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