A diferencia del anfitrión Javier Milei, quien criticó la alianza por supuestamente contribuir a limitar las libertades, especialmente en el ámbito económico, Lula abordó el tema desde una perspectiva positiva.
«Estar en el Mercosur nos protege. Nuestro arancel externo común nos protege de las guerras comerciales internacionales. Nuestra solidez institucional nos acredita como socios confiables ante el mundo», señaló el gobernante brasileño.
Destacó la prioridad de Brasil durante su presidencia temporal del Mercosur durante este semestre: la finalización del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, que enfrenta la resistencia de los agricultores europeos.

«Confío en que para finales de este año firmaremos acuerdos con la Unión Europea y la AELC [Asociación Europea de Libre Comercio], creando una de las mayores áreas de libre comercio del mundo», refirió.
También abogó para que el Mercosur proporcione mayor importancia a las relaciones con los países asiáticos.
La declaración del exsindicalista refuerza su postura de abogar por vínculos más estrechos con los países del Sur Global, en detrimento de las potencias occidentales.
«Es hora de que el Mercosur mire hacia Asia, el centro dinámico de la economía mundial. Nuestra participación en las cadenas globales de valor se beneficiará de vínculos más estrechos con Japón, China, Corea, India, Vietnam e Indonesia», apuntó.
Durante su intervención, Lula abogó además por el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, el fortalecimiento de un sistema de pagos en moneda local y la lucha contra las multinacionales criminales.
Por otra parte, anunció que la jefatura brasileña celebrará una cumbre sindical del Mercosur.
En la jornada, el brasileño visitó en esta capital a la exmandataria Cristina Fernández, en un abrazo fuera de la agenda oficial, pero cual gesto cargado de simbolismo político y afecto personal.
Tal encuentro fue revelado por el propio jefe de Estado a través de su red social X, en el que compartió palabras emotivas sobre el vínculo que los une.
«Me alegró mucho volver a verla y encontrarla tan bien, tan fuerte y con ganas de luchar», escribió Lula, quien destacó la dimensión humana del reencuentro.
Fernández cumple arresto domiciliario tras ser condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por su participación en una supuesta trama de corrupción relacionada con la licitación de obras públicas.
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