Publicado en la revista Nature, el estudio revela que el 80 por ciento de su ascendencia está relacionada con personas que vivieron en el norte de África y el 20 por ciento en Asia Occidental, destacó.
El periódico señaló que el hallazgo refuerza significativamente la comprensión científica de la migración humana de África y la mezcla histórica de las poblaciones entre los antiguos egipcios y otras civilizaciones a lo largo de la historia.
Citada por el rotativo, la doctora Adeline Morz Jacobs explicó que los restos pertenecían a un hombre, que se conservaron sin momificación en un recipiente de cerámica dentro de una tumba excavada en una ladera de Nuwayrat, un pueblo situado a 265 kilómetros de esta capital.
Este método de preservación único fue crucial porque mantuvo las células dentales en excelentes condiciones durante milenios, lo que permitió la extracción exitosa de material genético, subrayó.
Este logro marca el primero y más antiguo genoma completo de un egipcio del período posterior a la unificación del reino y la construcción de las pirámides, indicó Al Ahram.
El equipo de investigación aclaró que realizaron varios estudios sobre el esqueleto, se examinaron sus dientes y patrones dietéticos.
Los resultados revelan que el hombre vivió y murió en la cuenca del río Nilo, además, las marcas visibles en su brazo, muslo y huesos de los pies sugieren que se dedicó a un trabajo intensivo.
Su entierro en un recipiente de cerámica también apunta a un estado social alto en la antigua sociedad egipcia.
En febrero último, el mismo equipo anunció la extracción de material genético de 94 cuerpos enterrados hace milenios y que fueron transferidos al Museo de Liverpool, en Gran Bretaña, a principios del siglo XX.
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