“(…) Se busca disminuir paulatinamente el uso de mercurio y eliminarlo en la medida de lo posible, mediante un monitoreo continuo de los impactos en la salud y el medio ambiente. Para alcanzar este objetivo, se propone actuar en tres áreas clave”, aseguró el vicetitular.
Mencionó la eliminación de la molienda-amalgamación simultánea en la minería de veta, para evitar procesos que incrementan el uso del mercurio, la incorporación de tecnologías limpias y prácticas responsables; además de la reducción del uso y la pérdida de este elemento en la minería aluvial.
Subrayó que el plan se articula a través de ocho estrategias clave que abordan los principales desafíos de la MAPE, alineadas con el compromiso de formalización y sostenibilidad del sector minero.
Entre otras estrategias, mencionó que la MAPE cumpla con la legislación nacional vigente, así como fortalecer el control gubernamental con normativas complementarias para la formalización diferenciada entre minería aluvial y de veta, además de desarrollar programas de asistencia técnica.
Igualmente, se aspira a prevenir y reducir la minería ilegal a través de acciones efectivas y el establecimiento de un Comité Interinstitucional para el monitoreo y control de actividades irregulares.
De mucha importancia resultará fomentar la adopción de tecnologías limpias y sostenibles, como el uso de amalgamadores sin molienda y retortas, para reducir y eliminar el mercurio en el procesamiento de oro, además de capacitar a los actores en este proceso productivo y propiciar su intercambio en experiencias internacionales.
Paralelamente, las autoridades bolivianas se proponen fortalecer el cumplimiento del Decreto Supremo 4959 respecto al control de la importación de mercurio mediante otras regulaciones necesarias, incluido el incremento de aranceles con una mayor fiscalización del contrabando de este elemento químico altamente tóxico.
Con el plan denominado Mercurio y Salud, se espera reducir los riesgos y efectos derivados de la exposición a esta sustancia contaminante a través de diagnósticos sanitarios en zonas mineras, así como con el fortalecimiento de los sistemas de monitoreo y atención médica para la población afectada.
Finalmente, existe el propósito de facilitar el acceso de las cooperativas mineras y pequeñas empresas del sector a financiamiento formal y mercados a través de programas de capacitación técnico-financiera.
“Este compromiso tiene como objetivo beneficiar a los mineros, las comunidades, los pueblos indígenas y otras instituciones vinculadas al sector (…)”, concluyó Ballesteros.
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