Presidente liberiano pide perdón a víctimas de guerra civil

Monrovia, 8 jul (Prensa Latina) El presidente liberiano, Joseph Bokai, pidió perdón a nombre del Estado a las víctimas de la guerra civil que devastó este pequeño país del oeste africano.

El derrocamiento en 1980 del presidente William Tolbert por el sargento Samuel Doe, abrió una etapa convulsa que se extendió hasta 2003 cuando un acuerdo de reconciliación nacional término con la orgía de agre que ahogó a este país con la sangre de medio millón de seres humanos y a un costo estimado de 100 millones de dólares.

«A todas las víctimas de nuestra guerra civil, a todas las familias rotas, a todos los sueños destruidos, les decimos Lo sentimos; el Estado pudo hacer más”, dijo el mandatario en la inhumación del derrocado presidente Tolbert y 12 de sus colaboradores más cercanos, en una tumba simbólica porque sus restos nunca han sido encontrados.

Tolbet fue el último de los presidentes liberianos descendiente de esclavos libertos repatriados a África por orden del presidente estadounidense James Monroe en el siglo XIX.

El programa estuvo basado en el asentamiento de esas personas en un territorio para retornar a sus raíces a los africanos forzados a la esclavitud en un estado artificial creado para ellos, cuya capital adoptó el apellido del mandatario estadunidense autor de la idea.

Pero como el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, los recién llegados no tardaron en convertirse en una élite que subyugó a la población autóctona de lo que hoy es Liberia.

Resultaba curioso ver como negros discriminaban a los aborígenes negros, situación que estalló décadas después, primero con protestas callejeras por el aumento de dos centavos a la libra de arroz, alimento básico, y en ocasiones único, en las mesas de la mayoría de la población.

En aquella época el edificio más alto de Monrovia, cinco pisos, era la sede de la empresa estadounidense Firestone, y la principal fuente de ingreso, el alquiler de la bandera nacional a empresas navieras para eludir impuestos en los países donde radicaban sus propietarios.

La única divisa nacional era un dólar de plata con la leyenda del país y, el resto, mugrosos billetes estadounidenses.

Los descendientes de los exesclavos mimetizaban el modo de vida de sus antiguos amos y vivían en una burbuja panglosiana de lujos que contrastaba con la miseria generalizada.

La explosión popular por el aumento al arroz fue apagada para dar paso a una cumbre de la Organización de la Unión Africana en 1978,pero el fermento estaba vivo y en 1980 explotó con el golpe de Estado del oscuro sargento Doe, quien inauguró una etapa de asonadas castrenses, una guerra civil que puso al mundo ante el fenómeno del reclutamiento de niños soldados, lacra que aún persiste. El único resultado positivo de esa era tumultuosa fue la elección, tras la firma en 2003 de un acuerdo de reconciliación que dio paso a la elección de la primera mujer africana, Ellen Johnson Sirleaf, en ocupar la presidencia de su país.

La fosa común permanecerá abierta en espera de la aparición de los despojos de los ejecutados de forma sumaria, cuyos cadáveres están regados en tumbas anónimas bajo la tierra donde trataron de perpetuar crear una forma inédita de esclavitud humana.

mem/msl

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