“Cada haitiano y haitiana debe dar un salto de fe, porque ya no es el momento de la indiferencia o la división, sino de la unidad nacional», subrayó Didier.
Advirtió a los instigadores del caos que no podrán destruir a Haití, aunque sabemos que alcanzaron -en referencia a los pandilleros- un nuevo nivel de terror.
Ya no son solo quemas casas: ahora están atacando nuestra cultura, identidad nacional, lo que hace que los haitianos sean un pueblo.
«El Estado es plenamente consciente de la gravedad de la situación, y declara tolerancia cero», puntualizó el diario Le Facteur Haiti.´
Las declaraciones de Didier fueron emitidas luego que los bandidos quemaran el Hotel Oloffson, considerado aquí una joya arquitectónica y símbolo viviente de la historia haitiana, un lugar emblemático que vio a artistas, escritores y visitantes de todo el mundo.
Dicho rotativo criticó a Didier por solo referirse a este hecho en lugar de trabajar para restaurar la seguridad en Haití. Su gobierno -según la fuente- no hizo nada para preservar este sitio histórico, cultural y turístico que, reconoce, representa una parte del alma de Puerto Príncipe, de la memoria nacional y del patrimonio haitiano.
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