Los mineros llegados a Lima hace dos semanas para exigir una ley que prolongue su situación provisional con cargo a ser formalizados, se replegaron ayer a un parque cercano, tras el rechazo del Parlamento a su pedido y marcharon hoy por la capital.
La movilización intentó llegar a la calle del Parlamento, lo que impidieron numerosos policías lanzando gases lacrimógenos y el coordinador de la Confederación Nacional de Pequeña Minería y Minería Artesanal, Ismael Palomino, sostuvo que elementos infiltrados y encapuchados provocaron a la Policía.
Palomino dijo también que continuarán en Lima para exigir que se permita seguir trabajando a 50 mil de ellos excluidos por un decreto gubernamental que dio plazo a 31 mil restantes para que culminen los trámites de formalización que ya iniciaron.
La Comisión Permanente del Congreso rechazó ayer un proyecto de ley que daba un nuevo plazo, para que los mineros artesanales e informalos se legalicen y el procedimiento se modifique.
Dirigentes del movimiento señalan que la formalización exige que los mineros acuerden un contrato con las grandes empresas para operar en tierras no explotadas, lo que las compañías no acepan o exigen que les paguen porcentajes excesivos.
Entretanto, la Policía logró desbloquear en la sureña localidad de Nasca, de la región de Ica, una de las siete vías cerradas por los mineros como forma de presión para que su reclamo sea atendido.
En la misma jornada, mineros artesanales de la provincia surandina de Cotabambas, bloquearon una carretera de acceso a la minera trasnacional MMG Las Bambas.
El primer ministro, Eduardo Arana, declaró ayer que no cederá a las demandas y sostuvo que la minería no formal atenta contra el ecosistema, a tiempo de advertir que el Gobierno no tolerará posibles delitos en las protestas.
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