Según el comunicado del ente castrense publicado este viernes en su canal oficial de Telegram, 53 vehículos aéreos no tripulados fueron derribados sobre la región de Kursk, 19 en la provincia de Briansk, 15 aparatos en la de Smolensk, 14 en Bélgorod, y 13 sobre la región de Tula.

La nota de la cartera militar agrega que otros 11 aparatos fueron abatidos sobre las regiones de Oriol y de Moscú, siete en el territorio de la península de Crimea, cuatro en la región de Lípetsk y sobre las aguas del mar Negro, así como dos drones sobre los territorios de las regiones de Rostov y Kaluga.

Por su parte el gobernador de la región de Lípetsk, Igor Artamonov, notificó que una persona falleció y otra resultó herida como consecuencia de la caída de un vehículo aéreo no tripulado en el territorio de una explotación agrícola de esa provincia.

«Esta jornada, un dron cayó en el territorio de una de las explotaciones agrícolas del distrito de Jlévensk. Como consecuencia, se produjo un incendio, que fue rápidamente extinguido. Lamentablemente, una persona murió y otra sufrió lesiones. El herido está recibiendo toda la asistencia médica necesaria», escribió Artamonov en su canal de Telegram.

El alto cargo precisó que todos los servicios operativos de la región están en el lugar del incidente. «Expreso mi más sentido pésame a los familiares y allegados del fallecido», señaló.

En tanto, la Agencia Federal de Transporte Aéreo, Rosaviatsia, informó que nuevamente se impusieron restricciones temporales de operaciones en tres de los cuatro aeropuertos internacionales de Moscú (Domodedovo, Vnúkovo, y Zhukovski), así como en el de Samara, para garantizar la seguridad de los vuelos de aeronaves civiles.

Se aclaró que las citadas terminales aéreas no recibieron ni enviaron aeronaves temporalmente, y que las tripulaciones, los controladores aéreos y los servicios aeroportuarios tomaron las medidas necesarias.

Desde el inicio de la operación militar especial el 24 de febrero de 2024, los ataques con drones lanzados desde Ucrania contra objetivos militares y civiles en la retaguardia rusa se han convertido desde entonces en una práctica habitual.

Los territorios rusos limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.

Durante los últimos meses, Ucrania centró sus ataques con drones en refinerías, depósitos de combustible y otras instalaciones de la industria petrolera de Rusia, principalmente en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tatarstán.

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