El encargado del área dedicada al tema del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, Diego Castro, descartó que exista una fecha en la que esos movimientos telúricos vayan a cesar.

No obstante, se observa una disminución de tal actividad en el país, aunque esta tiende a aumentar ante algún evento de mayor magnitud, acotó el especialista, citado por el diario local Prensa Libre.

Realmente no tenemos un pronóstico de cuándo terminará esta actividad, pero si vemos un decrecimiento de sismos, en su mayoría de bajas escalas, insistió Castro.

Explicó que la causa principal de la reciente situación, principalmente en los departamentos Sacatepéquez, Escuintla y esta capital, está en lo que denomina un complejo de sistema de fallas, y que tienen una orientación similar a la de Jalpatagua.

Son varias y completamente tectónicas, no hay registro de actividad volcánica asociada a estos sismos, subrayó el ingeniero.

Preguntado por la falla geológica del pasado día 11 que provocó una enorme grieta en una carretera de Honduras, la cual comunica con Guatemala y El Salvador, negó ello esté asociada a la de este país.

«No hay que malinterpretar la información y decir que una actividad sísmica en un país detonará eventos en otro, porque no están vinculadas», remarcó el analista.

El presidente chapín, Bernardo Arévalo, aseveró este lunes en conferencia de prensa que la emergencia se mantiene y que aún deben ser atendidos los efectos del temblores más fuertes de ese martes.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres sigue coordinando el esfuerzo de todas las instituciones del Estado para llegar a las poblaciones y las personas más afectadas.

La emergencia cobró al menos siete vidas humanas, varias de ellas en Sacatepéquez, donde se registraron deslizamientos, derrumbes y en el cual Santa María de Jesús continúa en alerta roja tras quedar incomunicado por tierra.

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