El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nombró a la vicepresidenta ecuatoriana, María José Pinto, para liderar las acciones de abastecimiento y ayuda humanitaria para las 400 mil personas afectadas.
“Estamos gestionando con las instituciones del sector social para llegar con agua a los más vulnerables, priorizando que llegue a los centros de desarrollo infantil, hospitales y centros de salud”, informó Pinto.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, explicó que la situación fue provocada por el deslizamiento de 600 mil metros cúbicos de tierra en el páramo Antisana, a unos 50 kilómetros al sureste de la ciudad, por donde pasa una tubería que abastece a la urbe.
El funcionario criticó la víspera a quienes intentan politizar la crisis que mantiene sin agua a más de 88 mil hogares.
«Cuando se rompe un oleoducto es un evento de la naturaleza, pero aquí una tubería es mala gestión, qué falta de humanidad querer politizar el momento”, declaró el burgomaestre.
La respuesta de Muñoz se da luego de que la vocera del Gobierno, Carolina Jaramillo, considerara “tardía” la respuesta municipal a la emergencia.
Ante la situación, las autoridades de la capital distribuyen agua mediante 60 camiones cisternas, puntos móviles e hidrantes que priorizan hospitales, mercados y zonas vulnerables.
Por su parte, el Gobierno central, a través del Ministerio de Ambiente y la Cruz Roja Ecuatoriana, anunció la instalación en barrios altos del sur de Quito tres plantas potabilizadoras en 48 horas con una capacidad de procesamiento de hasta 90 mil litros diarios.
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