Al decir del presidente de Nissan, Iván Espinosa, se trata de una decisión difícil pero necesaria y considera la medida un paso vital para superar los desafíos financieros actuales y construir un futuro sostenible a la compañía.

Durante una conferencia de prensa convocada de manera urgente, Espinosa detalló que la producción de los modelos actuales será consolidada y trasladada a la planta de Kyushu, en el sur de Japón, a partir del inicio del ejercicio fiscal 2028, el 1 de abril de ese año.

Nissan, la tercera mayor automotriz del país, subrayó que el cierre de Oppama -situada en la prefectura de Kanagawa, al sur de Tokio- no afectará a otras instalaciones del complejo, como el centro de investigación, las áreas de pruebas de choque, el muelle o el circuito de pruebas.

La compañía informó que mantendrá un diálogo constante con el sindicato para definir el futuro laboral de los aproximadamente dos mil 400 empleados que actualmente trabajan en la planta de Oppama.

El mexicano Iván Espinosa asumió como director general de la firma el 1 de abril pasado, luego de la renuncia de Makoto Uchida, en medio de un empeoramiento de la situación financiera de la corporación, que produjo miles de despidos.

Nissan registró una pérdida neta de más de 670 mil millones de yenes, equivalente a cuatro mil 500 millones de dólares, en el año fiscal que finalizó en marzo.

Para empeorar la situación, el entorno en el mercado mundial es volátil e impredecible, lo que hace cada vez más difícil la planificación y la inversión, explicó Espinosa.

A criterio del director, Nissan debe dar la prioridad a su superación con mayor urgencia y rapidez, buscando la rentabilidad con una menor dependencia del volumen.

En el último año, las ganancias de Nissan se desplomaron y un plan de fusión con la automotriz nipona Honda fracasó, en febrero pasado, por desacuerdos entre las partes.

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