El especialista al frente del programa en Ciego de Ávila, Javier González, destacó que aplicar aportes de la ciencia a la producción de alimentos destinados al consumo humano y animal, ayudará al Programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional que desarrolla el país para lograr un futuro sostenible.
Precisó que la combinación de microorganismos con humus de lombriz y estiércol bovino, posibilita un aumento en la obtención de semillas de girasol para la fabricación de aceite comestible y de una masa semiseca destinada a la dieta de ovinos, cerdo, conejos, bovinos y aves.
Actualmente hay plantadas unas 30 hectáreas (ha) de girasol de forma experimental en suelos de empresas estatales y fincas campesinas, aunque el interés es llegar a 138 ha, para comprobar el contenido proteico y energético del grano.
Sistemáticamente las plantaciones sometidas al tratamiento con biofertilizantes, son evaluadas mediante el uso de herramientas tecnológicas para comprobar el estado vegetativo y la marcha de los rendimientos, destacó González.
El girasol es una planta oleaginosa tolerante a la sequía, menos atacada por las plagas y alta productora de aceite comestible, por lo que el uso de tecnologías favorece la conservación de los suelos, la diversificación de cultivos y el empleo de prácticas agroecológicas.
El fomento de girasol ha generado nuevas fuentes de empleo para mujeres y jóvenes, vinculados a actividades de siembra, tratamiento a las plantaciones, cosecha y procesamiento del grano.
La provincia avileña tiene un amplio programa de siembra de plantas oleaginosas, y este año espera plantar las primeras mil 700 ha en varias organismos productivas, como contribución al fortalecimiento de las municipalidades, en el tránsito a la soberanía alimentaria y nutricional en Cuba.
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