Ubicada al noroeste de Madrid, la urbe deslumbra por su colosal Acueducto Romano, Patrimonio de la Humanidad, junto a sus murallas medievales, un antiguo Palacio Real y su Catedral gótica.
Añade este miércoles el Museo de Segovia la exposición ‘Tras las huellas de los neandertales’, en torno al reciente hallazgo de un canto de leucogranito con una pintura que conserva la huella dactilar de un individuo neandertal.
Científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Instituto Geológico y Minero de España (IGME), de la Científica de la Policía Nacional y de la Universidad de Salamanca (USAL), presentaron el hallazgo en mayo pasado. Después de
Publicar los detalles en la revista Archaeological and Anthropological Sciences.
Según el informe, la huella dactilar fue dejaba intencionalmente por un neandertal, que confirma el pensamiento simbólico de estos primeros humanos y se convierte en la pieza de arte mobiliar (objetos portables da función desconocida), más antiguo de Europa.
Se dio el descubrimiento durante una excavación en el yacimiento del Abrigo de San Lázaro, provincia de Segovia, en julio de 2022. Fue el sitio donde se cree vivieron los últimos neandertales de la Península antes de su desaparición física hace unos 43 mil años.
En la zona también se encontraron restos de herramientas y lascas de piedra talladas (de la industria lítica), de animales que probablemente cazaban en el valle del Eresma, principalmente conejos y ciervos.
La muestra destaca el canto rodado de granito, que apareció en un estrato con industrias líticas musterienses, asociadas a ocupaciones neandertales, similares a las documentadas en otros enclaves próximos como el Abrigo del Molino.
Los científicos bautizaron la piedra como «Perico», para recordar la victoria del ciclista Pedro Delgado (Perico), oriundo de Segovia, quien el 14 de julio de 1988 conquistó una etapa en Alpe D’Huez, a la postre decisiva en su éxito final en Tour de France.
Fue analizada en el centro especializados IGME-CSIC, donde con fluorescencia de rayos X descubrieron que el punto ocre estaba hecho con arcilla y óxidos de hierro, la misma técnica usada en el arte rupestre.
Análisis de microscopía electrónica de barrido por la Universidad Complutense; escaneo en 3D en la Universidad de Salamanca y los análisis multiespectrales de la Policía Científica, concluyeron que la piedra tenía 43 mil años de existencia.
Asimismo, determinaron que la mancha rojiza del centro era una huella dactilar humana que pertenecía al índice derecho de un varón neandertal de entre 18 y 25 años.
«El hecho de que el guijarro fuera seleccionado por su aspecto y marcado con ocre, demuestra que existía una mente humana capaz de simbolizar, imaginar, idealizar y proyectar pensamientos sobre un objeto», dijeron los investigadores.
Además del canto, el Museo de Segovia expone diversas piezas líticas y un asta de ciervo, también procedentes de los yacimientos segovianos del Paleolítico medio.
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