Publicada en el Diario Oficial de la Unión, la decisión evita la expansión de la Cámara baja argumentando gastos innecesarios y priorización de agendas sociales.
El veto refleja la pugna con un Parlamento dominado por fuerzas opositoras de derecha, que meses antes revirtió iniciativas clave de Lula en políticas penitenciarias y presupuestarias.
Impulsado por líderes conservadores, el proyecto buscaba incrementar en 15 por ciento los escaños parlamentarios.
El Gobierno consideró que la medida generaría costos adicionales de mil 200 millones de reales anuales (un poco más de 215 millones de dólares), desviando recursos de programas contra el hambre y la desigualdad.
Por tercera vez en seis meses, Lula ejerce su poder de veto contra iniciativas legislativas, tras la anulación de leyes que restringían salidas temporales de presos y recortaban fondos para derechos reproductivos.
La maniobra enfrenta resistencia en el Congreso Nacional, en el que la oposición necesita 257 votos en la Cámara baja y 41 en el Senado para revertirla.
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