Olivares alertó que la informalidad en el empleo afecta la recaudación fiscal, la protección social de los trabajadores y la productividad de la economía nacional.
Sostuvo que la formalidad, en cambio, garantiza el trabajo decente y evita desvelos tanto al trabajador como a la empresa en caso de accidentes.
Durante un evento organizado por la Unión Nacional de Empresarios (UNE) sobre “el impacto de la formalidad del empleo en la seguridad social y en el trabajo”, el titular aseguró que el proyecto de reforma laboral en discusión en el Senado busca distribuir mejor las responsabilidades y los riesgos entre empleadores y trabajadores. En sentido opuesto opinó el presidente de la UNE, Leonel Castellanos, quien declaró que la reforma laboral representa un retroceso, que puede estimular aún más la informalidad.
Consideró necesario modernizar el esquema, respetando los derechos adquiridos de los trabajadores y redirigiendo esos recursos a fortalecer la seguridad social o establecer un seguro de desempleo más efectivo.
Castellanos calificó la informalidad como un “cáncer silencioso” e instó a los actores del Estado, empresarios y trabajadores a asumir una responsabilidad compartida para resolver la problemática.
Manifestó que la evasión de impuestos fiscales y laborales por las empresas colocan en desventaja a los negocios que cumplen con la ley.
La Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) del Banco Central dominicano arrojó que el sector agropecuario representa en el ámbito formal un 13.59 por ciento y los informales un 86.41 por ciento.
Precisó que, en la construcción, el 13.67 por ciento son trabajadores formales y el 86.33 por ciento informales; en transporte y comunicaciones (28.63 por ciento y 71.37 por ciento, respectivamente); en comercio (36.42 por ciento y un 63.58 por ciento).
En cambio, la industria lidera el sector formal con un 69.32 por ciento, mientras que la informalidad ocupa un 30.68 por ciento.
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