En mayo último la compañía cesó operaciones en la occidental provincia Bocas del Toro, luego de una huelga sindical e intensas manifestaciones contra una norma de pensiones.
La protesta, inicialmente laboral, se sumó a las manifestaciones de otros sectores sindicales como el de la construcción y la educación, que rechazaban la aprobación de una ley de seguridad social impulsada por el gobierno del presidente José Raúl Mulino.
El paro fue declarado ilegal por un juzgado laboral, pero los bloqueos en la occidental provincia de Bocas del Toro, donde se concentra gran parte de la actividad bananera, se extendieron por semanas y afectaron al funcionamiento de la empresa.
Hace dos meses, la empresa ya había despedido a unos cinco mil empleados por no presentarse a sus labores durante el paro iniciado el 28 de abril.
Ahora, Chiquita suspendió el contrato «de los mil 189 trabajadores diarios que mantenían relación laboral vigente» que «no configuraron la causal de abandono de trabajo», indicó en un comunicado.
Chiquita agregó en su informe que el paro y los cierres de avenidas les representaron pérdidas en el orden de los 75 millones de dólares.
El Ejecutivo -con el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, al frente de una comitiva-, había comenzado negociaciones con la empresa para que reanudara sus operaciones.
Estadísticas oficiales apuntan que el plátano, primer producto de exportación del istmo, representó el 12 por ciento de las ventas al exterior en los primeros cinco meses de 2025.
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