Así, este país del occidente africano se suma a Mali, Burkina Faso, Níger, Chad y República Centroafricana, de los cuales París tuvo que evacuar sus fuerzas, no siempre en términos amistosos.
Mali, por ejemplo, acusó al mando militar galo en su territorio de conspirar con los grupos islamistas que actúan en el norte del país, para derribar a la junta militar encabezada por el general Assimi Goita que defenestró al presidente Ba N’Daou en 2021.
En fechas posteriores, Burkina Faso y Níger también fueron escenarios de acciones de fuerza por militares que demandaron la salida de las tropas galas y crearon una Alianza de Estados del Sahel que anudaron lazos de cooperación castrense y económicos con Rusia, cuya operación militar en Ucrania rehusaron condenar.
Tras la breve ceremonia de entrega, realizada en la base de Geille, cercana a esta capital, los 350 oficiales y soldados partieron de regreso a su país, conclusión de una presencia que data de la proclamación de la independencia de Senegal en 1960, secuencia del secular dominio colonial por Francia.
La determinación de recuperar el control castrense por el Estado senegalés fue enunciada por el primer ministro Ousmane Sonko a fines del año pasado en una declaración oficial que daba de plazo hasta fines del año en curso para el traspaso de los territorios y nedios franceses.
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