Las fuentes indicaron que el acuerdo de alto el fuego entró en vigor prácticamente este lunes, tras los enfrentamientos que estallaron desde el 13 de julio, y cobraron la vida de al menos mil 120 personas, tanto civiles como militantes e irregulares, mientras miles resultaron heridos y fueron desplazados.
De acuerdo con las autoridades gubernamentales, la aplicación del acuerdo comenzó con la salida de decenas de familias beduinas que deseaban abandonar la gobernación, lo que constituye el primer desplazamiento desde el derrocamiento del gobierno de Bashar Al-Assad en diciembre del 2024.

El documento acordado incluye también la retirada completa de todos los combatientes tribales armados, y también de los miembros de las Fuerzas de Seguridad General y del Ministerio de Defensa de las fronteras administrativas de Sweida.
El acuerdo también estipula la autorización para el ingreso de ayuda médica, alimentaria y sanitaria a Sweida, la formación de una comisión internacional de investigación para investigar lo ocurrido durante la escalada de violencia y un acuerdo para abrir los cruces internacionales hacia Sweida e impedir el reingreso de fuerzas de seguridad o militares bajo ningún pretexto.
Anteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria denunció que milicias leales al líder druso Hikmat Al-Hijri impidieron la entrada de los convoyes de ayuda humanitaria ofrecidos por el gobierno a la provincia de Sweida.
Por medio de un comunicado, la Cancillería explicó que los irregulares impidieron el ingreso de la asistencia que estaba acompañada por los ministtos de Salud, de Asuntso Sociales y de Situaciones de Emergencia, y aclaró que los camiones transportan suministros médicos, alimentos y ayuda humanitaria.
Aclaró que el deterioro de la situación de seguridad es una consecuencia directa de la flagrante intervención israelí, seguida de la retirada de las fuerzas de seguridad sirias.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, declaró que el derramamiento de sangre y la violencia deben cesar en Sweida, y llamó a construir «una nueva Siria que trabaje para todos sus ciudadanos, iguales en dignidad y sin discriminación».
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