En la reunión de alto nivel, Lula hizo alusión al golpe de Estado de 1973 contra el gobierno de Salvador Allende y el bombardeo contra el Palacio de La Moneda.
“Nuestros países conocen de cerca los horrores de las dictaduras que mataron, persiguieron y torturaron”, dijo el mandatario en una declaración a la prensa, donde también estuvieron los presidentes de Chile, Colombia y Uruguay, y el jefe del gobierno español.
En opinión del dignatario en la actualidad los países enfrentan una ofensiva antidemocrática y es una tarea permanente velar por los intereses colectivos.
“La democracia liberal no ha sido capaz de responder a los anhelos y necesidades contemporáneas”, afirmó.
Lula advirtió que cumplir el ritual electoral cada cuatro o cinco años ya no es suficiente, el sistema político y los partidos han caído en el descrédito y por esa razón es necesario fortalecer las instituciones y el multilateralismo frente a los sucesivos ataques que vienen sufriendo.
Informó que en el encuentro se abordó la urgencia de luchar contra todas las formas de desigualdad y avanzar hacia la justicia tributaria para volver a poner la economía al servicio del pueblo.
“No hay justicia en un sistema que amplía beneficios para el gran capital y recorta derechos sociales”, declaró, al recordar que hay 733 millones de personas que pasan hambre todos los días.
“Los superricos deben asumir su parte en este esfuerzo. Solo el combate a las desigualdades sociales de raza y de género puede rescatar la cohesión y la legitimidad de las democracias”, sentenció.
Otro tema abordado fue la necesidad de regular las plataformas digitales y combatir la desinformación para devolverle al Estado la capacidad de proteger a sus ciudadanos.
“La libertad de expresión no se puede confundir con la autorización para incitar a la violencia, difundir el odio, cometer crímenes y atacar el estado democrático de derecho”, expresó.
Lula llamó a trabajar juntos en momentos en que el extremismo intenta reeditar prácticas intervencionistas.
Defender la democracia no corresponde solo a los gobiernos, requiere la participación activa de la academia, los parlamentos, la sociedad civil, los medios de comunicación y el sector privado, expresó.
La agenda de la reunión de alto nivel contempla encuentros con intelectuales y representantes de organizaciones sociales.
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