Más temprano, el presidente, Daniel Noboa, participó en uno de los homenajes a la urbe costera, a su gente y al aporte de la conocida como Perla del Pacífico al desarrollo del país. Durante su intervención, el mandatario subrayó su compromiso con la seguridad, aún cuando el primer semestre de 2025 cerró como el más violento en la historia del país y Guayaquil es una de las ciudades con más homicidios.

El gobernante también defendió recientes decisiones adoptadas como un plan de eficiencia administrativa, el cual ha sido rechazado por diversos sectores.

Como parte del acto, Noboa entregó varias condecoraciones a ciudadanos, instituciones y organizaciones y una de las que recibió la Orden Nacional Al Mérito en el grado de Gran Cruz fue Cynthia Gellibert, secretaria general administrativa de la Presidencia.

Otros dos de sus ministros fueron homenajeados: José de la Gasca, titular de Gobierno y José Julio Neira, secretario general de Integridad Pública.

Luego, en la tarde, hubo otra sesión solemne organizada por el municipio, y acudieron miles de personas para acompañar al alcalde, Aquiles Álvarez, quien afirmó que “Guayaquil es obra pública, movilidad y servicio”.

Destacó que en su gestión de dos años se han construido mercados, modernizado el transporte público, rehabilitado más de mil 400 kilómetros de vías y pasos peatonales, creado rutas turísticas, ampliación de los servicios de salud y agua potable, entre otras acciones.

“Aquí se gobierna con decencia, con coraje y con sentido común. Guayaquil está viva y tiene rumbo”, expresó Álvarez, quien es considerado un perseguido político y mantiene diferencias con Noboa.

Por esa razón las conmemoraciones por la fundación de la capital económica de Ecuador se hicieron por separado, al igual que ocurrió en 2024.

“Nunca me imaginé que me convertiría en el objetivo principal de una auténtica maquinaria para aniquilar a todo aquel que disiente a todo aquel que piensa distinto y que sí hace obras”, expresó el alcalde guayaquileño.

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